Cuando nos volvemos adultos nuestras prioridades y responsabilidades cambian por las exigencias de nuestro estilo de vida, los sueños se transforman y las promesas que hacemos de niños quedan guardadas en un lugar muy pequeño de nuestra mente, la diversión y los juegos cómo cuando eramos niños se olvidan, bajo esta premisa llega la nueva película de Christopher Robin contando como protagonista a Ewan McGregor quien debe recordar que es lo esencial en su vida para ser feliz como el niño que un día fue y como un buen padre de familia.
No pude dejar se sentir nostalgia al ver a toda la pandilla de los cien acres reunidos, Winnie The Pooh, Tiger, Piglet, Igor, Conejo, Búho y los canguros nos dieron un hermoso mensaje lleno de emoción, donde la unidad de su amistad se fortalece cuándo Chistopher Robinson regresa a buscarlos y rescatarlos de los elefantes y los warkas.
La interpretación de Ewan McGregor fue genial, pude apreciar diferentes facetas en su personaje. Algo que me llamó mucho la atención fue la animación ilustrada mezclada con la fotografía que nos daba un toque vintage a algunas escenas de la película. Sin duda me emocione con toda la aventura que pasan los personajes. Christopher Robin es la nueva película de fantasía live action de Disney dirigida por Marc Forster, con un guion escrito por Tom McCarthy, Alex Ross Perry y Allison Schroeder. La película está inspirada en los libros de Winnie-the-Pooh, del autor A. A.
No se la pueden perder.
Sinopsis:
Christopher Robin (Ewan McGregor), el niño al que le encantaba embarcarse en aventuras en el Bosque de los Cien Acres con su pandilla de vivaces y adorables animales de peluche, ha crecido y ha perdido el rumbo. Ahora, Christopher, el hijo del creador del famoso personaje infantil Winnie The Pooh, se ha convertido en padre de familia y en todo un hombre de negocios con grandes responsabilidades. Pero un día recibe la inesperada visita de Pooh, el oso con quien compartía juegos en su niñez. Así, su vida volverá a recuperar la felicidad perdida al recordar que una vez fue un alegre y cariñoso niño, y que ese niño todavía existe en su interior.