Hace unos días vi la película de Ant Man y la Avispa, sin duda una cinta que me hizo reír por sus tintes de comedia en los diálogos, pero sin dejar de lado toda la acción y aventura que caracteriza las películas del Universo Marvel. Paul Rudd vuelve a ser su protagonista y me deja sorprendido que los años no pasan por él, se sigue viendo igual que cuando lo vimos en 2015 en la primera cinta, que nos pase el nombre de su cirujano 😛
Lo que me gusta de esta cinta es la continuidad que le dan a su personaje después de aparecer en la cinta Civil War, Ant-Man tuvo que aceptar las condiciones de los Acuerdos de Sokovia después de unirse al bando de Capitán América y aprender a lidiar con las consecuencias de sus acciones como superhéroe, pues debe vivir en arresto domiciliario por algunos años, lo que le ha impedido salvar a la ciudad de algunos peligros. El personaje saca su lado más paternal, cuando debe equilibrar su vida familiar y pasar tiempo con su adorable y cómplice hija, con sus responsabilidades como Ant-Man.
En esta segunda entrega Ant Man tendrá que volver a ponerse el traje de Hombre Hormiga y aprender a pelear junto a Hope (Evangeline Lilly), su amor del pasado, quien ahora es la Avispa, juntos deberá trabajar para vencer a la villana Fantasma (Hannah Jonh-Kamen) que ha robado la tecnología de Pym y amenaza con destruir el planeta.
La parte más divertida de la cinta es cuando hay una persecución y sale una Kitty gigante para obstruir a los villanos, así como cuando Ant Man entra en el mar de San Francisco, realmente hizo que me acordada de Pier 33 cuando estuve por ahí hace algunos años. Como buena cinta de Marvel tiene 2 escenas extras, no debes perderte la primera que hace una valiosa conexión con Infinity War.