Una chamarra de plumas lo tiene todo, es el abrigo que necesitamos en las mañanas o noches más gélidas, y una de las tecnologías más tradicionales que podemos ver en prendas de abrigo.
Aislada con suaves plumas de pato y ganso, una chamarra de plumas es ideal para llevar a todos lados en otoño-invierno, puesto que son livianas y muy fáciles de guardar.
Su cuidado es cosa seria —mas no imposible— y aunque pensamos que es muy fácil echarla a perder al limpiarla o lavarla, no es así si consultas su etiqueta de lavado.
Si la chamarra de plumas la usas con regularidad, debes lavarla una o dos veces al año, ¡no es broma!, pero si la usas a diario puedes lavarla un poco más.
Sólo en caso de que notes que se acumula suciedad, se aglomere la pluma o huela mal deberás lavar tu chamarra por completo; en caso contrario, lava las manchas que tenga.
Recuerda siempre consultar la etiqueta de cuidado de la prenda para obtener instrucciones específicas.
Para lavar en la lavadora
- 1. Dale la vuelta, cierra cremalleras y quita cualquier tipo de adorno de los bolsillos para evitar que se enganchen durante el lavado.
- 2. Lava de manera individual, sin otras prendas.
- 3. Programa un ciclo de lavado para ropa delicada y con agua fría.
- 4. Utiliza detergente para prendas delicadas que cuide las fibras y evite que las plumas se apelmacen.
- 5. No uses suavizante, daña las plumas
- 6. Utiliza un centrifugado suave, máximo 400 revoluciones.
Para lavar a mano
- 1. En una bañera o tina grande vierte abundante agua fría.
- 2. Añade un poco detergente especial para lavar a mano.
- 3. Con movimientos continuos frota sobre las manchas que pueda tener.
- 4. Enjuaga con agua fría hasta que la prenda ya no suelte jabón.
- 5. No exprimas la chamarra retorciéndola, haz compresiones suaves hasta retirar el máximo de agua posible.
Para secar las plumas
A la hora de secar puedes hacerlo en la secadora o al aire. Si quieres hacerlo en la secadora, utiliza siempre lavados lentos y a bajas temperaturas. Además, para esparcir mejor las plumas y ayudar a que la prenda recupere su forma inicial, puedes añadir un par de pelotas de tenis en la secadora.
Si en cambio quieres secarlo al aire, colócalo en una superficie plana, evitando los rayos del sol. No lo cuelgues, ya que provocará que las plumas se amontonen por el peso en la parte inferior. Agita la prenda de vez en cuando mientras se seca para acomodar las plumas y que se distribuyan por todo su interior.
Una vez seca, puedes guardarla colgada en el armario, o doblada por las costuras, pero sin colocar encima ningún peso ya que perderá su forma y, por tanto su función aislante.
La chamarra de plumas es mi sugerencia de abrigo durante estos días, por su excelente relación de calor y peso.
Recuerda que al final del invierno y antes de guardarla debes lavarla, si no te ánimas a hacerlo tu puedes llevar a una tintorería de confianza.