El anfitrión busca que la muestra inspire a talentos jóvenes al mostrar cómo su entorno y contexto de vida puede nutrir su creatividad
¿Quién es realmente el monstruo: el ser fantástico que nos asombra y acecha, o nosotros mismos? ¿Acaso es aquello que nos aterra, porque nos dijeron que así tenía que ser? Estas preguntas son las que Guillermo del Toro constantemente hace en sus películas.
Pero ahora hay un deseo que el cineasta tapatío busca que se cumpla, además de responder a dichas cuestiones: que los nuevos creadores entiendan que su ciudad, los edificios, la cultura urbana, los medios de comunicación y todo aquello que forma parte de su contexto de vida puede ser una fuente de inspiración.
Por ello, su exposición En casa con mis monstruos, dice, no tiene que ver sobre su trabajo fílmico, sino en demostrar cómo cada cosa que se imprime en la memoria de una persona puede detonar en creación artística; por esa razón decidió abrir las entrañas de su imaginación.
“No es una exposición que se organizó en torno a mis películas; se trata de la identidad, ésa que se forma en Guadalajara. La organización es temática, no hay un anecdotario alrededor del cine. Lo importante para mí es que la identidad artística se puede forjar por cosas concretamente diseminadas, pero que hablan entre sí”, dijo Del Toro este miércoles en el Paraninfo Enrique Díaz de León, en charla con medios de comunicación.
Es por ello que decidió que parte de su “gabinete de maravillas”, como él lo nombra, viniera a Guadalajara, para que los habitantes y, sobre todo, los creadores que van iniciando entiendan que todo aporta cuando se trata de crear un universo artístico.
“El Museo de las Artes es un lugar que ha formado parte de mi vida, porque yo viví de niño en las calles Pedro Moreno y Robles Gil. Fui al Colegio Unión y el Expiatorio me formó muchísimo en cuanto a la idea de lo gótico. Los domingos íbamos a las catacumbas para ensayar discursos a la Virgen María, y por si veíamos un cadáver”, declaró Del Toro.
Un recorrido espectacular
Todas las mañanas, antes de ir a la escuela, Guillermo del Toro recuerda que le decía a su abuela que si podían ir a visitar el águila que está en el asta de bandera, en la cumbre del hoy Museo de las Artes (MUSA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Muchas décadas después este lugar se convirtió en el recinto que acoge a En casa con mis monstruos, muestra que estará abierta del 1 de junio al 27 de octubre de este año. Con la mano y el ojo maestro del director de arte Eugenio Caballero, el MUSA se ha transformado en un laberinto que materializa la mente creativa del creador fílmico.
“Ojalá, en algún rincón de esta visita encuentres la inspiración en lo monstruoso y la belleza de lo oscuro y lo olvidado”, reza una frase plasmada al inicio de la exposición.
Un túnel oscuro con ojos bestiales, que escudriñan al visitante, es la bienvenida al gran gabinete de maravillas donde están todos esos objetos que han estimulado la mente de Del Toro; no sólo los de él, sino las obras de los artistas que más ha admirado: José Clemente Orozco, Juan Rulfo, H.P. Lovecraft, Francisco Goitia, Francisco de Goya, entre otros.
Se trata de mil 800 metros cuadrados, divididos en ocho salas temáticas, donde la fantasía y el horror tienen la intención de que los presentes conozcan los procesos creativos del tapatío y cómo su infancia en Guadalajara fue fundamental para que los monstruos se convirtieran en sus aliados de vida.
La primera sala es “Infancia e inocencia”, donde se encuentran objetos que aportaron al universo visual del creador: el arte original de dibujos animados de Disney, ilustraciones, fotografías y esculturas, que remiten a El laberinto del fauno.
La “Sala de lluvia” es la réplica de un cuarto en su casa de Los Ángeles (Bleak house) donde nunca deja de llover. La experiencia sonora remite a una noche de tormenta, en un espacio donde se rinde homenaje al maestro del horror Edgar Allan Poe. “Guillermo quería un espacio donde siempre lloviera, para así poder escribir”, explicó una de las guías del recorrido.
Otras salas son “Victoriana”, “Magia y ocultismo”, “Cine, comics y pop”, “Frankenstein” y “Los otros / nosotros / los monstruos”; éstas dos últimas son de las más impactantes, pues hay objetos que explican el nacimiento de criaturas, la arrogancia de la ciencia en la idea del monstruo y la idea de seres híbridos entre humanos, plantas y animales.
“La curaduría de la obra, el cuidado que se le puso aquí en Guadalajara, es la que más me llena, estoy muy orgulloso. La muestra ya ha estado en otras partes y para mí ésta es la que más me tiene contento”, destacó Del Toro.
Lo más valioso de la muestra: el recuerdo y la inspiración
Cuando le preguntaron al cineasta cuál era la pieza más importante de la colección, éste respondió que es la llave de la puerta; sin embargo, reviró, y se remontó a cuando ocurrió el incendio de Los Ángeles, que amenazó la casa donde alberga su colección.
“Cuando el fuego se acercó a la casa, a unos cuantos cientos de metros de la colección, fui por las veredas y recogí las dos fotografías de mi infancia que están al principio de la exposición, y mis diarios. Para mí, lo bonito del coleccionismo es cuando se asume lo efímero. Lo roto y lo pegado es más bonito que lo perfecto”.
En este gabinete de maravillas hay de todo: libros, juguetes, bocetos de personajes, objetos de su infancia, ilustraciones, grabados, utilería de las películas que ha realizado, esculturas de diversos materiales; todas han contribuido a inspirar al cineasta tapatío para la conformación de un universo donde los monstruos son los protagonistas.
“Me dan mucha felicidad, pero también se puede compartir con gente, que se exhiban está muy bien. Esta colección está viva, si de aquí sale gente inspirada por algún objeto, para mí ya valió la pena”, recalcó.
Tras casi dos horas de caminar y admirar piezas únicas e invaluables de su colección y provenientes de otras 20, los espectadores no sólo entenderán cuál es el génesis de los personajes del cineasta, también imaginarán cómo es que Del Toro cohabita con muchas de las piezas e incluso cómo las mantiene.
Cada domingo, a Guillermo del Toro le toca “pasar un trapo de limpiar” a varias de las 3 mil piezas que conforman su colección privada y que se encuentran en su casa de Los Ángeles. “Yo limpio, enmarco, sacudo, barro y trapeo, hago todo, cambio focos, le doy su pasada de aceite al piso, cada domingo me toca. La última vez que alguien me quiso ayudar rompió dos monos”, compartió.
Una casa con causa
Durante la presentación de la exposición, Guillermo del Toro aseguró que lo recaudado por En casa con mis monstruos será destinado a fondos que apoyen a nuevos talentos, como la beca Animéxico y El Taller de Chucho.
“Ninguna de las exhibiciones tiene fin de lucro, se pidió que las ganancias se vayan a becas. Y seguimos con los lunes con boleto gratis”, refirió.
Explicó que después de esta muestra algunas piezas claves viajarán a distintos museos, que serán dados a conocer a finales del año, para que estén exhibidas permanentemente y no estén guardadas en una bodega.
Los boletos de En casa con mis monstruos se pueden conseguir en la taquilla de Rambla Cataluña y se puede conocer sobre ésta en https://encasaconmismonstruos.com/