Considerada una de las mejores películas del 2019, galardonada con la Palma de Oro y un Golden Globe a la Mejor Película en Lengua No Inglesa, Parásitos de Bong Joon-Ho es ya una de las favoritas a Mejor película en los Óscar 2020.
En pantalla vemos a Gi Woo buscando desesperadamente la señal WiFi hasta que logra interceptar la de un negocio cercano para acto seguido reunirse a comer con su familia. Sus alimentos no parecen apetecibles y el ambiente húmedo y caliente les muestra sudorosos. Viven al ras del suelo lo que inmediatamente les confiere cruelmente la calidad de insectos. Su estilo de vida es de un metamorfosis constante, como el momento en el que el hijo menor se transforma en un ilustre maestro de idiomas para la adinerada familia Park por recomendación de un amigo cercano quien parece haber superado su condición; me permito decirlo, “kafkiana”.
Rápidamente dos familias de contextos totalmente distintos pero con grandes similitudes conviven bajo el mismo techo estrechando relaciones de dependencia mutua con resultados imprevisibles.
Los contrastes entre ambas familias nos presenta a simple vista una crítica mordaz y grotesca de la lucha de clases, sin embargo podemos encontrar situaciones que nos sugieren la polaridad entre las dos Coreas y para ello nos remontarnos un poco a la historia.
El Paralelo 38.
Después de las bombas atómicas y la rendición de Japón en 1945, la región de Corea fue invadida por la Unión Soviética al norte lo que alarmó al gobierno de Estados Unidos quienes ingresaron por el sur para disputarse el territorio que hasta entonces había estado bajo el dominio del Imperio Japonés. Simpatizantes del socialismo se alinearon a las ideologías rusas estableciendo un estado en el norte mientras que en el sur se erigió otro bajo el mandato y protección de EUA, de esta manera, todo un pueblo y una cultura dominada por los japoneses ahora se veía dividida por el Paralelo 38, una línea paralela ubicada en los 38º norte del plano ecuatorial de la Tierra.
Dicha división trajo como consecuencia la polarización de un mismo pueblo bajo dos ideologías y economías diametralmente opuestas: los socialistas coreanos del norte y los neoliberales de surcoreanos. La herida es tan profunda, que hasta la fecha en dicha zona existe una frontera desmilitarizada y administrada por la ONU.
El COVID-19
A raíz de la crisis global ocasionada por la pandemia del coronavirus COVID-19 las relaciones humanas se han transformado dando lugar a escenarios solo previstos en la literatura de ciencia ficción.
La diferencia de clases sociales es aún más honda y mientras un gran sector de la población enfrenta el desempleo o la drástica disminución de sus ingresos otro muy pequeño goza del privilegio de quedarse en casa con todas las comodidades sin necesidad de arriesgar su salud o la vida misma para llevar comida a su mesa.
En Parásitos esta comparación y sus efectos son expuestos de manera fiel y sin dramatismos: mientras una fuerte tormenta puede significar la pérdida de un hogar para algunas familias, para otras es solo un chubasco que pasó sin novedad.
Parásitos, inmigración y sueños de una vida mejor.
Ahora imaginemos que Corea del Sur, o China, es la casa de los Park, una familia con estándares de vida con más accesos a la comodidad y al lujo en la que los visitantes o inmigrantes se dedican a las labores de limpieza, cocina, de transporte y educación. Es muy inteligente la manera en la que Gi Woo ingresa a la casa de los Park dentro del guión de Parásitos y que la hace totalmente creíble, ya que en la sociedad norcoreana y en muchas otras, la educación es una razón bastante válida para que una persona de nivel socio económico bajo ingrese naturalmente y sin tantas objeciones a la casa de una familia adinerada.
Es entonces que llegamos a la universalidad de Parásitos, pues más allá de una sátira de la lucha de clases se convierte en una declaración de las relaciones que se crean entre los individuos y entre las naciones cuando se degrada al ser humano por su origen. El tema de la inmigración es tratado de manera sutil en la que los ciudadanos clasificados como de menor rango no sólo se ocupan de las labores más básicas sino que establecen relaciones de interdependencia de las cuales se sirven y abusan los de la clase dominante. Estableciendo muros invisibles al ojo pero tan presentes como el aroma, que juega parte importante en la trama de la película para apuntalar las situaciones que nos llevarán al clímax de la historia.
Temas como la migración, la explotación de los pueblos y de las personas se vuelven relevantes en esta película más allá de lo que yace en la superficie de la división y la lucha de clases, estamos frente a una película que revela el más grande sueño de algunos que como Gi Woo migran para cumplir su sueño de acceder a una mejor vida para él y su familia.